6 de Octubre. Día Mundial de la Parálisis Cerebral

La parálisis cerebral es un grupo de trastornos que afectan el movimiento y el tono muscular o la postura. Se produce por el daño en el cerebro inmaduro a medida que se desarrolla, con mayor frecuencia antes del nacimiento.

Los signos y síntomas aparecen durante la infancia o los años preescolares. En general, la parálisis cerebral causa deterioro del movimiento asociado con reflejos anormales, distensión o rigidez de las extremidades y el tronco, postura anormal, movimientos involuntarios, marcha inestable o alguna combinación de estos.

Las personas con parálisis cerebral pueden tener problemas para deglutir y, por lo general, tienen un desequilibrio muscular ocular, en el que los ojos no se concentran en el mismo objeto. También pueden tener una amplitud de movimiento reducido en varias articulaciones de sus cuerpos debido a la rigidez muscular.

El efecto de la parálisis cerebral sobre la función varía enormemente. Algunas personas afectadas pueden caminar; otras necesitan ayuda. Algunas personas muestran un intelecto normal o casi normal, pero otras tienen discapacidades intelectuales. También puede haber epilepsia, ceguera o sordera.

Parálisis Cerebral Infantil - Accesos

Síntomas

Los signos y síntomas pueden variar en gran medida. Los problemas de movimiento y coordinación asociados con la parálisis cerebral incluyen los siguientes:

  • Variaciones en el tono muscular, como demasiado rígido o demasiado blando
  • Rigidez muscular y reflejos exagerados (espasticidad)
  • Músculos rígidos con reflejos normales (rigidez)
  • Falta de equilibrio y coordinación muscular (ataxia)
  • Temblores o movimientos involuntarios
  • Movimientos lentos y de contorsión
  • Retrasos para alcanzar los objetivos de las habilidades motrices, como empujar con los brazos, sentarse o gatear
  • Favorecer un lado del cuerpo, como alcanzar con una mano o arrastrar una pierna mientras gateas
  • Dificultad para caminar, como caminar sobre los dedos de los pies, una marcha en cuclillas, una marcha en forma de tijera con las rodillas cruzadas, una marcha ancha o una marcha asimétrica
  • Babeo excesivo o problemas para deglutir
  • Dificultad para succionar o comer
  • Retrasos en el desarrollo del habla o dificultad para hablar
  • Dificultades de aprendizaje
  • Dificultad con las habilidades motrices finas, como abotonar la ropa o recoger utensilios
  • Convulsiones

La parálisis cerebral puede afectar a todo el cuerpo o puede limitarse principalmente a una extremidad o a un lado del cuerpo. El trastorno cerebral que causa la parálisis cerebral no cambia con el tiempo, así que los síntomas generalmente no empeoran con la edad.

Sin embargo, a medida que el niño crece, algunos síntomas pueden hacerse más o menos evidentes. Y el acortamiento muscular y la rigidez muscular pueden empeorar si no se tratan agresivamente.

Las anomalías cerebrales asociadas con la parálisis cerebral también podrían contribuir a otros problemas neurológicos, que incluyen los siguientes:

  • Dificultad para ver y oír
  • Discapacidades intelectuales
  • Convulsiones
  • Percepciones anormales de tacto o dolor
  • Enfermedades bucales
  • Afecciones de salud mental
  • Incontinencia urinaria

Causas

La parálisis cerebral es causada por una anormalidad o interrupción en el desarrollo del cerebro, con mayor frecuencia antes de que el niño nazca. En muchos casos, se desconoce la causa. Los factores que pueden llevar a problemas con el desarrollo del cerebro incluyen los siguientes:

  • Mutaciones genéticas que llevan al desarrollo anormal
  • Infecciones maternas que afectan al feto en desarrollo
  • Accidente cerebrovascular fetal, una interrupción del suministro de sangre al cerebro en desarrollo
  • Sangrado dentro del cerebro en el útero o al nacer
  • Infecciones infantiles que causan inflamación en o alrededor del cerebro
  • Lesión traumática en la cabeza de un bebé a causa de un accidente automovilístico o una caída
  • La falta de oxígeno en el cerebro relacionada con el trabajo de parto o el parto difícil, aunque la asfixia relacionada con el nacimiento es una causa mucho menos común de lo que se pensaba históricamente

Factores de riesgo

Hay varios factores asociados con un mayor riesgo de parálisis cerebral.

Salud materna

Ciertas infecciones o exposiciones tóxicas durante el embarazo pueden aumentar significativamente el riesgo de parálisis cerebral en el bebé. Las infecciones de particular preocupación incluyen las siguientes:

  • Citomegalovirus. Este virus común causa síntomas similares a los de la gripe y puede causar defectos congénitos si la madre tiene su primera infección activa durante el embarazo.
  • Sarampión alemán (rubéola). Esta infección viral se puede prevenir con una vacuna.
  • Herpes. Se puede transmitir de madre a hijo durante el embarazo, y afecta el útero y la placenta. La inflamación provocada por la infección puede dañar el sistema nervioso en desarrollo del feto.
  • Sífilis. Se trata de una infección bacteriana de transmisión sexual.
  • Toxoplasmosis. Esta infección es causada por un parásito que se encuentra en los alimentos, el suelo y las heces de los gatos infectados.
  • Infección por el virus del Zika. Los bebés en los cuales la infección materna por Zika hace que el tamaño de su cabeza sea más pequeño de lo normal (microcefalia) pueden desarrollar parálisis cerebral.
  • Otras afecciones. Otras afecciones que pueden aumentar el riesgo de parálisis cerebral incluyen problemas de tiroides, discapacidades intelectuales o convulsiones y exposición a toxinas, como el metilmercurio.

Enfermedad infantil

Las enfermedades en un recién nacido que pueden aumentar enormemente el riesgo de parálisis cerebral incluyen las siguientes:

  • Meningitis bacteriana. Esta infección bacteriana causa inflamación en las membranas que rodean al cerebro y la médula espinal.
  • Encefalitis viral. De manera similar, esta infección viral también causa inflamación en las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal.
  • Ictericia severa o no tratada. La ictericia aparece como un color amarillento en la piel. La afección se produce cuando ciertos subproductos de las células sanguíneas «usadas» no se filtran del torrente sanguíneo.
  • Sangrado en el cerebro. Esta afección es causada comúnmente por el hecho de que el bebé tenga un accidente cerebrovascular en el útero.

Otros factores del embarazo y el parto

Aunque la contribución potencial de cada uno es limitada, los factores adicionales del embarazo o el parto asociados con el aumento del riesgo de parálisis cerebral incluyen lo siguiente:

  • Presentación de nalgas. Los bebés con parálisis cerebral tienen más probabilidades de estar en esta posición de pies a cabeza al comienzo del trabajo de parto.
  • Bajo peso al nacer. Los bebés que pesan menos de 5,5 libras (2,5 kilogramos) tienen mayor riesgo de desarrollar parálisis cerebral. Este riesgo aumenta a medida que disminuye el peso al nacer.
  • Múltiples bebés. El riesgo de parálisis cerebral aumenta con el número de bebés que comparten el útero. Si uno o más de los bebés mueren, el riesgo de los sobrevivientes de parálisis cerebral aumenta.
  • Nacimiento prematuro. Los bebés que nacen con menos de 28 semanas de embarazo tienen mayor riesgo de padecer parálisis cerebral. Cuanto antes nazca el bebé, mayor será el riesgo de parálisis cerebral.

Complicaciones

La debilidad muscular, la espasticidad muscular y los problemas de coordinación pueden contribuir a una serie de complicaciones, ya sea durante la infancia o en la edad adulta, incluidas las siguientes:

  • Contractura. Es el acortamiento del tejido muscular debido a una tensión muscular seria (espasticidad). La contractura puede inhibir el crecimiento óseo, hacer que los huesos se doblen y provocar deformidades articulares, dislocaciones o dislocaciones parciales.
  • Envejecimiento prematuro. La mayoría de las personas con parálisis cerebral se ven afectadas por algún tipo de envejecimiento prematuro a partir de los 40 años debido a la tensión que la afección ejerce sobre sus cuerpos.
  • Desnutrición. Los problemas de deglución o de alimentación que sufren las personas con parálisis cerebral pueden dificultar la obtención de suficientes nutrientes, particularmente en el caso de los bebés. Esto puede perjudicar el crecimiento y debilitar los huesos. Algunos niños necesitan una sonda de alimentación para obtener suficiente nutrición.
  • Trastornos de la salud mental. Las personas con parálisis cerebral podrían tener problemas de salud mental, p. ej., depresión. El aislamiento social y los desafíos de enfrentar las discapacidades pueden contribuir a la depresión.
  • Enfermedades cardíacas y pulmonares. Las personas con parálisis cerebral pueden sufrir enfermedades cardíacas y pulmonares, y trastornos respiratorios.
  • Artrosis. La presión sobre las articulaciones o la alineación anormal de las articulaciones debido a la espasticidad muscular puede conllevar la aparición temprana de esta dolorosa enfermedad ósea degenerativa.
  • Osteopenia. Las fracturas debidas a la baja densidad ósea (osteopenia) pueden ser consecuencia de varios factores comunes, como la falta de movilidad, las deficiencias nutricionales y el uso de fármacos antiepilépticos.

Prevención

La mayoría de los casos de parálisis cerebral no se pueden prevenir, pero puedes disminuir los riesgos. Si estás embarazada o planea quedar embarazada, puede tomar estas medidas para mantenerte saludable y minimizar las complicaciones del embarazo:

  • Asegúrate de estar vacunado. Vacunarse contra enfermedades como la rubéola, preferiblemente antes de quedar embarazada, podría prevenir una infección que podría causar daño cerebral fetal.
  • Cuídate. Cuanto más saludable sea tu embarazo, menos probable será que desarrolles una infección que provoque parálisis cerebral.
  • Busca atención prenatal temprana y continua. Las visitas periódicas al médico durante el embarazo son una buena manera de reducir los riesgos para tu salud y la de tu bebé nonato. Visitar al médico regularmente puede ayudar a prevenir el nacimiento prematuro, el bajo peso al nacer y las infecciones.
  • Practica una buena seguridad para los niños. Previene los traumatismos craneales proporcionando a tu hijo un asiento de seguridad, un casco para bicicleta, barandillas de seguridad en las camas y la supervisión adecuada.
  • Evita el alcohol, el tabaco y las drogas ilegales. Estos se han relacionado con el riesgo de parálisis cerebral.

Escrito por el personal de Mayo Clinic

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